Carta del Grupo de Masculinidades
Carta a la Comunidad Escolar del CEIP Nuestra Señora de La Paloma Como sabéis, hace unos dos meses se formó un pequeño grupo de padres preocupados por algunas dinámicas de […]
AFA La Paloma
Asociación de Familias del Alumnado del CEIP Nuestra señora La Paloma
Carta a la Comunidad Escolar del CEIP Nuestra Señora de La Paloma Como sabéis, hace unos dos meses se formó un pequeño grupo de padres preocupados por algunas dinámicas de […]
Carta a la Comunidad Escolar del CEIP Nuestra Señora de La Paloma
Como sabéis, hace unos dos meses se formó un pequeño grupo de padres preocupados por algunas dinámicas de género que observábamos en el colegio. Veíamos cómo nuestros hijos aceptaban como normales ciertas violencias (en el juego, en el lenguaje, en la forma de relacionarse entre ellos…) que no se corresponden con el modo en que, creemos, les estamos educando, ni con una forma saludable de relacionarse con los demás y con ellos mismos.

Tras varias reuniones, hemos tratado de construir un diagnóstico común que nos gustaría trasladaros sobre qué puede estar pasando. El objetivo no es más que iniciar una conversación colectiva que nos permita ver hasta qué punto normalizamos cosas que no deberían ser normales, simplemente porque “los niños son así”. Cosas que, en las relaciones entre adultos, no nos parecen aceptables, las naturalizamos en ellos. Como si para ellos jugar a pegarse, excluir a compañeros y compañeras o establecer jerarquías y relaciones de poder no tuviera consecuencias.
Nuestro grupo está formado por padres de niños de cursos diferentes que van desde primero de infantil a 6º de Primaria. En todos los cursos, hemos identificado algunas de estas formas de jugar y relacionarse. En los más pequeños, tiene que ver con dinámicas de juego basadas en la violencia (pegarse, gritar, ocupar más espacio…). Este tipo de juegos excluyen a sus compañeras y a otros niños que no se identifican con esa forma de jugar. Así, vemos diferentes grupos formados por niños que juegan a empujarse y pegarse. Y grupos de niñas que juegan de una forma distinta. Todas las formas de jugar que hay entre medias tiende a reducirse conforme se va creciendo ya que todos los niños y niñas buscan pertenecer a un grupo. En cursos con niños más mayores, esta dinámica se sigue manteniendo, añadiendo nuevas capas de complejidad y dominación más sutil.
Como ya señalamos en la invitación inicial al grupo, creemos que una de las razones fundamentales (no la única) de estos comportamientos es la socialización de género de nuestros hijos e hijas. Las decisiones sobre sus gustos, lo que está bien o mal, qué es más valioso y qué menos o qué compañeros “molan más” no las toman sobre un papel en blanco. Reciben muchas señales que les van determinando a creer que los niños y niñas son diferentes y tienen que comportarse de manera diferente, que mandar sobre los demás o ganar siempre es lo mejor o que la violencia es aceptable en ocasiones. En el colegio esas señales e ideas las reciben, principalmente, de otros niños y niñas. Es el deseo de pertenecer lo que muchas veces lleva a comportarse de una manera u otra. Y es justamente en este punto donde creemos que tiene sentido que como comunidad escolar nos responsabilicemos.
¿Qué hacer?
Lo último que querríamos es que esta carta se entendiese como un reproche, como algo culpabilizador. No queremos que ningún niño o niña deje de jugar de una forma que le guste. Sí que creemos, en cambio, que es responsabilidad de las familias y del conjunto de la comunidad escolar asumir que debemos introducir normas de convivencia y formas de relacionarse que faciliten a nuestros hijos e hijas ser más tolerantes entre ellos, eliminar la violencia y reducir la presión por cumplir con prototipos de niños y niñas que en muchas ocasiones no eligen libremente. Y creemos que una parte importante de este trabajo ha de llevarse a cabo en torno a los niños y la forma en que descubren a lo largo de su infancia qué significa ser un hombre. Para eso existe este grupo en torno a la masculinidad de los niños de la Paloma.
Aunque este grupo seguirá trabajando el próximo curso y lo haremos con propuestas más concretas, no queríamos terminar el curso sin compartiros esta reflexión. Nuestro ánimo es lo más constructivo posible. Nuestra voluntad es hacer un colegio mejor para todos y todas, en que los niños y niñas sean libres para ser diferentes e iguales a pesar de esas diferencias.
Buen verano
Grupo de masculinidades